Una ruta ciclista espectacular de 22,5 kilómetros tuvo como recompensa descubrir, entre musgo y maleza, el gran tesoro del Monasterio de Nuestra Señora de Monteceli, en el término municipal de Gata.

Los ciclistas dejaron atrás las masas de pinares para adentrarse en frondosos bosques de castaños y longevos robles entre los que duerme el sueño de los justos una de las joyas que esconde el paisaje de Sierra de Gata.

El número de participantes superó con creces las plazas disponibles y el grupo alcanzó la veintena de ciclistas aguerridos que superaron con éxito una de las rutas serranas con dificultad media-alta por los desniveles que se deben salvar. La Sierra de Gata tiene una red señalizada de senderos que suman más de 200 kilómetros y un catálogo de 10 rutas. La suavidad de su paisaje esconde repechos y regatos que aumentan el placer del pedaleo entre canchales.

El monasterio de Nuestra Señora de Monteceli en Gata es probablemente uno de los lugares más sublimes de la Sierra de Gata y que mayor poder de evocación tiene. Morada del ermitaño salmantino Alonso Rodríguez en el siglo XIV, un musgo eléctrico cubre en la actualidad sus restos.

El convento del Hoyo –como comúnmente se le conoce– es uno de los cinco monasterios franciscanos que esconde la comarca. Los vestigios de estos prioratos en Robledillo de Gata, Acebo, Hoyos, y San Martín son, junto con el de Monteceli, una parte esencial y exclusiva de la riqueza escondida en los paisajes serranos.